Por: Luis Alonso Pérez (@luisperezprensa)
enero 10 2017
Durante los últimos 10 años las agencias antinarcóticos estadounidenses han sido testigos de una epidemia de consumo de heroína, que no solo triplicó el número de adictos a la droga y provocó más de 40 mil muertes por sobredosis a nivel nacional, también incrementó las ganancias de los cárteles de la droga mexicanos.
La epidemia es el resultado de diversos factores como el alto número de adictos a los fármacos controlados, y las alianzas entre pandillas carcelarias que controlan la distribución nacional de los narcóticos. Pero existe un factor determinante para su crecimiento y a la vez muy sencillo: el cambio de color de la heroína.
Tradicionalmente, la heroína producida en México ha sido color café oscuro, de ahí recibió su apodo “chapopote mexicano”, y era consumida principalmente en las ciudades de la costa oeste de Estados Unidos. En cambio, los consumidores de la costa este prefieren la “china blanca”, una variedad de heroína blanca en polvo, popularizada por los traficantes chinos a principios del siglo pasado.
Obedeciendo la regla básica de la demanda y la oferta, los cárteles mexicanos han cambiado sus métodos de procesamiento del opio, introduciéndose a un mercado creciente, generando una amenaza para la salud y la seguridad pública que “se extiende a un ritmo sin precedentes”, de acuerdo con los reportes de inteligencia de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).
Alianzas criminales
Era la 1 de la tarde del 26 de agosto de 2014 cuando Gary Pentis, asistente del sheriff del Condado de Ventura, California, anunciaba ante miembros de la prensa el resultado de una investigación a una red de narcotraficantes que operaban desde penitenciarías del Estado, en alianza con el Cartel de Sinaloa.
Por un año los agentes policiales investigaron las actividades de extorsión, venta y tráfico de drogas, de integrantes de la Mafia Mexicana, una de las pandillas carcelarias más grandes y antiguas de Estados Unidos, así como de miembros la pandilla centroamericana Mara Salvatrucha.
El resultado fue la detención de siete pandilleros, y el aseguramiento de 3.37 millones de dólares en efectivo, 35 armas, 31 kilos de metanfetaminas, 23 kilos de cocaína, y 1.3 kilos de heroína negra. Pero el mayor logro para el Departamento del Sheriff de Ventura fue el decomiso de 12.7 kilos de heroína blanca.
“La llaman china blanca, pero no proviene de China” aclaró Pentis. La droga provenía de México y había sido suministrada por el Cartel de Sinaloa, uno de los principales proveedores de narcóticos de ambas pandillas.
El Asistente del Sheriff explicó que la calidad de la droga era tan alta que alcanzaba un 98 por ciento de pureza, por lo que se calculaba que su valor en el mercado sobrepasaba los 5 millones de dólares.
La heroína blanca había sido descubierta en el interior del respaldo de un vehículo, empaquetada en 28 ladrillos plateados de aproximadamente 20 centímetros de largo por 10 de ancho. Un cargamento compacto pero con un valor de más de 100 millones de pesos.
Pentis explicó que el Condado de Ventura, ubicado al norte de Los Angeles, había sido el centro de operación de la red criminal. Ahí se recibían los cargamentos de droga provenientes de México, que después serían transportados hacia otros estados de la unión americana como Texas, Mississippi y Nueva York.
Las negociaciones eran orquestadas por miembros de las pandillas encarcelados en distintas penitenciarías de California. Sin embargo, las decisiones finales eran tomadas por los líderes de la Mafia Mexicana y la Mara Salvatrucha recluidos en la prisión de máxima seguridad de Pelican Bay.
Cárteles mexicanos: “los vendedores más prominentes”
La investigación de la Oficina del Sheriff de Ventura deja al descubierto una tendencia creciente en el tráfico de drogas en los Estados Unidos: los cárteles mexicanos están expandiendo sus operaciones y ganando terreno en los mercados de la heroína en el este del País.
De acuerdo con la Evaluación Nacional de los Riesgos de la Heroína (ENRH) de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), “las organizaciones mexicanas son los vendedores al mayoreo más prominentes en las áreas de responsabilidad de la DEA en Chicago, Nueva Jersey, Filadelfia y Washington. Además, han incrementado su presencia en la ciudad de Nueva York.”
Durante la primera mitad de la década de 1990 los cárteles colombianos dominaban el tráfico de heroína hacia Estados Unidos. Actualmente han sido desplazado los traficantes mexicanos, ya que cuentan con una mayor infraestructura de transporte y distribución de droga, lo que “les permite suministrar de manera confiable a los distintos mercados de los Estados Unidos”, según la ENRH.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Decomisos de Estados Unidos, la mayoría de la droga decomisada en los noventas y principios de la década del 2000 era transportada en rutas aéreas comerciales desde América del Sur. A partir de 2008, los decomisos comenzaron a virar hacia la frontera suroeste de los Estados Unidos y era transportada vía terrestre por traficantes mexicanos.
Cada vez más heroína está ingresando a través de la frontera suroeste de Estados Unidos, particularmente por el Estado de California, reveló la Evaluación de Riesgos de la DEA. “Consecuentemente, ha incrementado el rol de los estados del oeste como áreas de tránsito de heroína.”
Los datos de la DEA coinciden con los de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). En 2015 cerca de la mitad de las incautaciones realizadas por CBP a nivel nacional (2.12 toneladas) fueron realizadas en el corredor fronterizo de San Diego, California (1.04 toneladas).
Los decomisos en este sector se cuadriplicaron desde 2010, mientras que los corredores de Tucson, Arizona y el Valle de Río Grande, Texas, también registraron incrementos significativos.
El reporte de inteligencia sobre el consumo de heroína de la DEA también señala que las organizaciones mexicanas están trasladando sus centros de operación de los grandes centros urbanos a las áreas suburbanas o rurales, “donde les resulta más fácil ocultar sus actividades”. Lo anterior explica por qué el Cartel de Sinaloa estableció su base en el Condado de Ventura y no en Los Angeles.
Los orígenes de la epidemia
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), una de las causas de la actual epidemia de adicción a la heroína es el incremento en el abuso de analgésicos derivados del opio registrado desde 1999.
“Aproximadamente tres de cada cuatro nuevos usuarios de heroína han reportado haber abusado de opioides antes de usar heroína. El aumento en la oferta, el precio más barato, y el incremento en la pureza de la heroína en Estados Unidos han sido identificados como posibles causas del aumento en el uso de heroína.”
De 2007 a 2014 más de 40 mil estadounidenses murieron por sobredosis de heroína. Tan solo en 2014 murieron 10 mil 574, más del triple que en 2010.
La Evaluación Nacional de los Riesgos de la Droga de 2016 (ENRD) de la DEA revela que los traficantes de heroína aumentaron su clientela al ingresar al mercado de los adictos a los opioides.
“Para los adictos a los opioides la transición hacia la heroína blanca es más natural, ya que muchos muelen las tabletas, convirtiéndolas en un polvo blanco que inhalan o diluyen y se inyectan.”
El reporte señala que hoy en día el consumo más común de la heroína es inhalado. “Cuando la heroína tiene un mayor nivel de pureza puede ser inhalado o fumado, volviéndola más atractiva para los nuevos usuarios. También resulta atractivo a un sector más amplio de consumidores de drogas, en gran medida porque elimina el estigma asociado con el uso de jeringas.”
Para los cárteles el trafico de heroína tiene una ventaja mercantil: bajo volumen y alto costo. Al ser una droga muy compacta puede ser transportada en vehículos particulares o escondidas en equipaje, mientras que los paquetes más pequeños puede ser adheridos al cuerpo o introducidos en las cavidades corporales.
Los registros del Sistema Nacional de Decomisos (NSS) muestran que a nivel nacional los decomisos de heroína aumentaron en un 80 por ciento en cinco años, de 3.73 toneladas en 2011 a 6.72 toneladas en 2015.
También indican que el tamaño de los cargamentos decomisados por las agencias policiales en los últimos dos años han ido en aumento. En 2014 el 79 por ciento del total de la heroína decomisada era producida en México.
El cambio de color
Históricamente las ciudades de la costa este de Estados Unidos han sido el mercado más grande y lucrativo para la heroína. La variedad de preferencia ha sido, y sigue siendo, la llamada china blanca.
Los traficantes chinos popularizaron este narcótico a principios del siglo pasado. La droga era producida en países del sureste de Asia como Myanmar, Tailandia y Laos, una región conocida como el Triangulo Dorado.
En cambio, los usuarios del oeste de Estados Unidos acostumbran consumir la heroína café oscuro apodada “chapopote mexicano”, por su color y país de origen. Por lo general los usuarios de heroína prefieren una variedad específica y son renuentes a cambiar.
Estas tendencias de consumo han sido estudiadas durante las últimas tres décadas por el Programa de Monitoreo Doméstico de Heroína (HDMP) de la DEA. La Agencia también ha indagado el país de origen de la droga, y de acuerdo con sus expedientes, los países del sureste de Asia producían la mayor cantidad de heroína introducida a Estados Unidos durante la primera mitad de los años noventa.
En 1995 los países sudamericanos, en particular Colombia, se convirtió en el principal productor de heroína consumida en Estados Unidos, y mantuvo su hegemonía por casi dos décadas. Los colombianos copiaron a los asiáticos sus métodos tradicionales de procesamiento del opio, produciendo la variedad color blanca y en polvo tan demanda al este de la unión americana.
A partir de 2013 los cárteles mexicanos desbancaron a los colombianos y se convirtieron en los productores y proveedores más importantes de heroína blanca de Estados Unidos.
Esta heroína contiene una mezcla de amapolas mexicanas y colombianas, y es procesada utilizando los métodos de preparación utilizados tradicionalmente en países del sureste de Asia. La nueva categorización otorgada por la DEA a este narcótico es “MEX-SA” (México – Sudamérica).
Actualmente ni la heroína colombiana ni la asiática pueden competir con la mexicana en términos de costo y pureza. Un kilogramo de heroína asiática puede costar entre 5 y 10 mil dólares más que la mexicana. Esta última puede alcanzar un grado de pureza de hasta 74 por ciento, más del doble que la oriental.
La oficina de San Diego de la DEA típicamente incautaba heroína negra y café de origen mexicano, sin embargo las investigaciones relacionadas al tráfico de heroína blanca han ido en aumento. Esta droga es vendida al menudeo como “china blanca”, aunque no provenga de China.
Esto no quiere decir que los cárteles mexicanos hayan descuidado su mercado de “chapopote”, todo lo contrario. Decomisos recientes de la DEA indican que ha incrementado la presencia de la heroína negra en el este de Estados Unidos, y que desde la década pasada su mercado está extendiéndose más allá de las grandes ciudades, y ampliándose hacia las zonas suburbanas y rurales.
La suma de todos estos factores ha encendido los focos rojos de las agencias de salud y seguridad pública de Estados Unidos, como la DEA. Su advertencia es clara y contundente: “la amenaza de la heroína se extiende a un ritmo sin precedentes”.