Por Tania L. Montalvo (@tanlmont)
Agosto 30, 2016.
El 1 de mayo de 2015 el Cártel Jalisco Nueva Generación cambió el paradigma de la lucha de cuatro décadas entre el Estado mexicano y el crimen organizado: utilizó un lanzacohetes para derribar un helicóptero del Ejército Mexicano. Antes de ello, los cárteles de la droga habían demostrado que su poder de combate era capaz de resistir, pero no de superar, al del gobierno federal.
Las fuerzas armadas mexicanas reconocieron que nunca antes habían sufrido un ataque como ese, en el que murieron ocho militares.
Pero derribar un helicóptero en Guadalajara, Jalisco, no fue lo único que logró ese día el grupo delictivo que apenas en 2011 había sido incluido como uno de los nueve cárteles de la droga que operan en el país: el Cártel Jalisco Nueva Generación también instaló 39 bloqueos en 20 municipios de tres estados para frenar a las fuerzas federales, protagonizó cuatro enfrentamientos armados con policías y militares y —lo más importante— evitó la detención de su líder y fundador Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
No era la primera vez que ese cártel reaccionaba con tal nivel de violencia y estrategia ante un operativo del gobierno federal. Un mes antes había realizado una emboscada contra policías: el 7 de abril de 2015 integrantes de la Fuerza Única, el cuerpo policial de Jalisco, volvía de realizar trabajos comunitarios en la costa de la entidad cuando un vehículo bloqueó el camino en el poblado de Soyatán. Un grupo armado disparó y asesinó a 15 policías e hirió a otros cinco.
El comisionado de Seguridad Pública del estado, Alejandro Solorio Aréchiga, dijo que la emboscada fue una reacción a un operativo en el que detuvieron a Heriberto Acevedo Cárdenas, ‘El Gringo’, uno de los cabecillas en la región del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Autoridades locales han tenido que reconocer que cada vez que hay una detención o muerte de algún integrante de alta jerarquía, ese cártel responde con violencia.
Pero no sólo eso: nunca antes una organización criminal tuvo un avance tan rápido en territorio mexicano. Los grandes cárteles de la droga que dominaron el negocio en la década de 1980 y 1990 avanzaron en el país a lo largo de tres sexenios.
Si bien los registros de la Procuraduría General de la República (PGR) indican que desde 2011, cuando surgió Jalisco Nueva Generación, éste tiene la mayoría de sus operaciones en el Pacífico Mexicano —Colima, Jalisco y Nayarit—, la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas del inglés) y el Departamento del Tesoro lo identifican con presencia desde el Golfo de México al Pacífico; y de frontera a frontera: del sureste al noroeste del país.
La información de autoridades mexicanas y estadounidenses dan cuenta de actividades de este cártel en 14 estados, casi la mitad de territorio nacional.
Cuatro veces más fuerte
La presencia en el país del Cártel Jalisco Nueva Generación aumentó durante la presidencia de Enrique Peña Nieto.
La organización fue reconocida como cártel de la droga con capacidad de trasiego nacional e internacional apenas en 2011, según información sobre cárteles de la droga con operaciones de México de la PGR.
Cinco años después, ya es el grupo criminal con más presencia en el país: tiene operaciones en 14 entidades y supera incluso al Cártel de Sinaloa —que en los registros oficiales históricamente ha dominado el negocio de la droga—.
Sus primeras operaciones ocurrieron en Jalisco, Nayarit y Colima, donde surgió como organización delictiva. Pero después se extendió a Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Guerrero, Morelos, San Luis Potosí, Estado de México e incluso en 2014 la Procuraduría reportó su presencia en el Distrito Federal.
La última información de autoridades mexicanas y estadounidenses sobre sus operaciones, de junio de 2016, indica que el Cártel Jalisco Nueva Generación ya tiene presencia también en Aguascalientes, Baja California y ha alcanzado las costas de los estados de Oaxaca y Chiapas, en el sureste del país.
Actualmente es la única organización criminal con presencia en estados tanto del Golfo de México como del Océano Pacífico, de la frontera norte y la frontera sur del país.
La DEA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos coinciden en que un factor clave de su rápida expansión es que comparten operaciones con el grupo delictivo de Los Cuinis, expertos en el tráfico de cocaína y metanfetaminas pero, sobre todo, en el lavado de dinero.
El líder de Los Cuinis, Abigael González Valencia —antes integrante del desaparecido Cártel del Milenio y detenido en México en febrero de 2015—, es cuñado de Nemesio Oseguera Cervantes, ‘El Mencho’.
La Oficina para el Control de Activos en el Extranjero (OFAC) del Departamento del Tesoro los incluyó a ambos en abril de 2015 en su lista de grandes narcotraficantes bajo la ley más importante en Estados Unidos sobre la comisión de delitos de drogas (Foreign Narcotics Kingpin Designation Act).
Origen y transformación
Ignacio ‘Nacho’ Coronel, líder del Cártel de Sinaloa en Jalisco, murió el 29 de julio de 2010 durante un operativo del Ejército mexicano. Además de controlar esa zona del Pacífico, en sus últimos años de vida se dedicó a formar un grupo armado dedicado a evitar la entrada del grupo Los Zetas —la organización criminal con mayor avance en territorio nacional durante el sexenio de Felipe Calderón, tras su separación del Cártel del Golfo—, en su zona de influencia.
Ese grupo armado de ‘Nacho’ Coronel fue conocido como Los Mata Zetas.
Las autoridades mexicanas lo identificaron en sus comienzos sólo como una célula delictiva del Cártel de Sinaloa, pero un año después de la muerte de ‘Nacho’ Coronel, en 2011, se reconoció su independencia y apareció en los registros oficiales como la novena organización criminal con presencia en el país (junto con los cárteles de Tijuana, Juárez, Sinaloa, Golfo, Beltrán Leyva, Los Zetas, La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios).
Para Javier Valdez Cárdenas, escritor y periodista especializado en temas de narcotráfico, la consolidación del cártel tuvo como momento clave la muerte de Coronel: “Ese vacío lo ocupó Jalisco Nueva Generación con sus líderes, con sus propias rutas y nuevos socios, pero aprovechando la estructura que ya tenía el Cártel de Sinaloa, el cual se quedó sin rumbo en la región”.
El periodista afirma que ya como fuerza independiente, Jalisco Nueva Generación hizo pactos con el Cártel de Sinaloa para evitar que el área de Jalisco se convirtiera en un campo de batalla y que incluso ‘El Mencho’ viajó a Sinaloa para fortalecer estos compromisos.
El 24 de septiembre de 2011, los Mata Zetas se adjudicaron una de las peores masacres ocurridas en el sexenio de Felipe Calderón: 49 cadáveres fueron abandonados en las calles de Boca del Río, Veracruz, con pies y manos atadas y huellas de tortura.
Nemesio Oseguera ‘El Mencho’ y el líder de Los Cuinis, Abigael González Valencia, fundaron así el Cártel Jalisco Nueva Generación, nacido del brazo armado de ‘Nacho’ Coronel y de los restos del Cártel del Milenio o de los Valencia. Operó como aliado del Cártel de Sinaloa desde la década de 1980 y hasta el sexenio de Vicente Fox cuando su fundador, Armando Valencia Cornelio ‘El Maradona’, fue detenido en 2003 y el gobierno federal dio por desaparecida a la organización.
Según la DEA, el avance del Cártel Jalisco Nueva Generación inició en 2011 con la toma de territorios en Michoacán y Veracruz que antes pertenecían a Los Caballeros Templarios y Los Zetas, respectivamente.
Alejandro Hope, experto en temas de seguridad, afirma que por lo menos en dos momentos la acción u omisión de las autoridades ha favorecido la consolidación de ese cártel.
El primero fue entre 2011 y 2013 cuando en Veracruz Los Mata Zetas enfrentaron a Los Zetas: “Hubo una tolerancia oficial para golpear a Los Zetas, que se habían convertido en un grupo extremadamente violento”.
“La caída del cártel de Los Caballeros Templarios tras la ofensiva federal es otro hecho a destacar —agrega—. Ese cártel era su rival de territorio en la zona de Michoacán y Jalisco, así como en el mercado de metanfetaminas. El debilitamiento tras 2014 de Los Caballeros Templarios ha fortalecido al Cártel de Jalisco. A todo esto se añade la captura de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, la cual también puede ser aprovechada por Jalisco Nueva Generación para su expansión”.
La DEA alerta que mientras los cárteles —incluido el de Sinaloa— se enfocaron en repeler a las fuerzas federales en la llamada Guerra contra las Drogas, Jalisco Nueva Generación avanzó en el país.
En marzo pasado, el consulado General de Estados Unidos en Tijuana informó en su reporte sobre Crimen y Seguridad en el noroeste mexicano que en la búsqueda por dominar las principales rutas del tráfico de las drogas, Jalisco Nueva Generación está enfrentando en la frontera norte del país a viejos cárteles.
Tijuana es una zona históricamente dominada por el Cártel de los hermanos Arellano Félix, pero también con presencia de otras organizaciones: ha sido disputada por grupos como el Cártel de Sinaloa o el de Juárez por ser el paso hacia una ruta importante de tráfico tanto en tierra como por mar.
¿El más fuerte?
“CJNG ha utilizado la violencia y la corrupción para convertirse en una de las más poderosas organizaciones de tráfico de drogas en México”, dijo en septiembre de 2015 John E. Smith, director de la Oficina para el Control de Activos en el Extranjero del Departamento de Tesoro estadounidense.
Siete meses después, el funcionario declaró que su país hace todos los esfuerzos posibles para desarticular la red de lavado de dinero de “la poderosa” organización criminal.
Al respecto Javier Olea, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM y experto en Seguridad Nacional, afirma que este cártel se ha fortalecido al adherir a miembros Los Caballeros Templarios o La Familia Michoacana.
En menos de cinco años Jalisco Nueva Generación entró en la “lista negra” de Estados Unidos como una de las organizaciones de narcotráfico más importantes. Con el líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, en prisión desde enero de 2016, su líder Nemesio Oseguera Cervantes ‘El Mencho’ es ahora también un objetivo prioritario.
Con información de Arturo Angel